Hoy en día, todas las empresas entienden y hablan en todos los foros del Bienestar de los Empleados, de la gran importancia del employer branding, de la atracción y retención del talento, ¿Qué está ocurriendo para no conseguir algo que parece tan obvio? ¿Por qué es tan difícil retener el talento? A veces, lo obvio se obvia.
Los colaboradores se preocupan, cada vez más, por el entorno laboral, su para qué y su propósito y cómo estos afectan a su desarrollo personal y a su calidad de vida.
Encontrar el equilibrio adecuado entre el trabajo y la vida personal no es, de ninguna manera, un tema nuevo en nuestra sociedad.
Si hablamos de bienestar laboral, la lista de definiciones puede ser muy amplia, todos podríamos opinar y decidir qué consideramos como bienestar laboral y, a priori, debería parecer una labor sencilla ya que, en general, pretende fomentar en los empleados de una organización relaciones laborales positivas que equilibren los aspectos económicos, familiares y profesionales con el objetivo de fortalecer y optimizar crecimiento personal contribuyendo con la productividad y la producción de la organización.
Lo que sí está claro es que el bienestar laboral es un indicador de motivación y productividad y todas las compañías deberían desearlo para sus colaboradores.
Mayor bienestar laboral=mayor rentabilidad
Diversos estudios muestran que muchas personas se están yendo o planean dejar a sus empleadores.
Pero, si todos estamos buscando un sentido al lugar que tiene el trabajo en nuestras vidas, ¿hacia dónde deberíamos dirigirnos, dónde deberíamos poner nuestro observador?
Lograr el equilibrio perfecto entre el trabajo y la vida personal, si es que existe, no se trata necesariamente de la ruleta de dónde, con quién y cómo trabajamos, lo que nos mueve es la contestación a la pregunta: por qué trabajamos
Esta respuesta es la que nos marca la fuente de la felicidad que puede no ser tan obvia
El trabajo está relacionado de forma constante y positiva con nuestro bienestar y constituye una gran parte de nuestra identidad.
Pregúntate quién eres y enseguida optarás por explicar en qué trabajas, a qué te dedicas.
"Nuestros trabajos pueden proporcionarnos un sentido de competencia que contribuye al bienestar"
El bienestar está relacionado con la creación de espacios positivos que nos hagan sentir el para qué y por qué trabajamos.
Basándonos en nuestro expertise, como consultoría de desarrollo humano, nos encontramos con que si la compañía intenta crear estos espacios positivos, se encuentra con las siguientes cuestiones:
Nos damos cuenta entonces, de que la creación de estos espacios es una cuestión de cultura organizacional, de preparación de liderazgo, de cambiar algunos conceptos que, desde su base, deben ser desaprendidos para dejar paso a otros mucho más coherentes con las necesidades del momento actual.
Investigaciones han demostrado que el trabajo y el esfuerzo son fundamentales para la felicidad eudaimónica (felicidad asociada a una mayor actividad de la corteza prefrontal. Un área asociada a las funciones superiores, a la planificación de la conducta y a la toma de decisiones), lo que explica la satisfacción y el orgullo que uno siente al completar una tarea agotadora o conseguir un reto.
Este es el tipo de felicidad que obtenemos cuando nuestro talento y potencial funcionan de manera óptima y nos sentimos realizados.
¿Pueden lograr las compañías el reconocimiento y el logro de esta felicidad para sus colaboradores? Si la respuesta a esta pregunta es afirmativa ¿No sería este logro una manera de retención y atracción de talentos?
Steve Jobs reflexionó sobre el concepto de talento y esfuerzo dentro de las compañías:
“Lo importante no es ordenarles las tareas más complejas y sesudas, sino que ellos mismos implementen la estrategia a seguir”
¿Está preparada tu compañía para estos nuevos aprendizajes?
La gestión de personas en las organizaciones parece sencilla y obvia, pero realmente no lo es.
Durante nuestra formación académica, no nos han formado para ello, nos han preparado técnicamente para diseñar proyectos y conseguir logros, pero no nos han preparado para dirigir personas.
Los líderes deben estar abiertos a la participación de forma activa en las decisiones y estrategias del departamento o área al que pertenecen, pero salen a flote las estrategias de los egos, entre otras complicaciones de gestión de emociones. De modo que, no podemos delegar en personas que no están preparadas, toda la responsabilidad sobre el bienestar de sus colaboradores.
Para resolver este obstáculo, encontramos dos claves obvias que se obvian:
La compañía debe fomentar la cooperación entre los líderes y los equipos, incluyendo a sus empleados más brillantes, para que se sientan reconocidos y alineados con la cultura de la misma.
Los líderes deben ejercer el liderazgo de la escucha: un 70% de escucha y un 30% de habla. Pero esto no ocurre, en muchos casos, quieren escuchar lo que está alineado con lo que ellos piensan y dejan de escuchar lo que quizá puede ser un espacio de aprendizaje. Interrumpiendo así la creatividad y la flexibilidad mental.
Para que el líder pueda ejercer exitosamente su rol, la compañía debe facilitarle los nuevos aprendizajes que necesita integrar e implementar
Atender lo obvio puede provocar un impacto positivo en la estrategia y el resultado empresarial.
Preparemos a los líderes y serán capaces de mantener a sus colaboradores con mayor talento sin sufrir la fuga, por la falta de capacidad para gestionarlos, y de crear y gestionar entornos positivos.
En HEBA medimos la capacidad humana de las organizaciones para hacerla crecer de forma consciente y respetuosa.
¿Está tu compañía preparada para afrontar los retos de la atracción y retención del talento?
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