El pasado 4 de mayo asistimos al ciclo de Conferencias, Talleres y Webinars de ICF (International Coach Federation) España.
Estábamos muy interesados por conocer su nuevo modelo de 8 competencias, que entró en vigor para las escuelas en el mes de enero de 2021, y nos encontramos en el mejor entorno posible para comprenderlo y poder compartirlo aquí con todos vosotros:
La conferencia del ciclo: El nuevo modelo de competencias.Ventajas y fortalezas. Tenía como ponentes a Generosa Cerviño Sanmartín, coach ACC y Coordinadora de ICF 2021 y Stela Izquierdo Real, coach MCC y miembro de ICF desde 2014, ambas son CP Competencias ICF España.
Como ya sabrás, la International Coach Federation (ICF) es la principal organización mundial dedicada a fomentar la ciencia, el arte y la práctica del coaching profesional. Esta organización es la máxima garantía de rigor, profesionalidad, ética y calidad en el mundo del coaching profesional.
Es ICF quien establece y administra los criterios mínimos para la certificación de coaches profesionales y quien realiza el reconocimiento, la acreditación o la aprobación de programas de formación en coaching.
Dentro de estos criterios, ICF determina que existen 3 niveles de certificación para coaches: ACC, PCC y MCC. Dentro de estos niveles, los coaches profesionales deberán demostrar la integración de las competencias clave de coaching en diferentes niveles de profundidad. Un coach certificado por ICF debe tener una formación específica en coaching, debe demostrar el dominio de las 8 competencias clave y está adherido a un código ético. A todos estos requisitos, debemos sumarle que cuentan con una experiencia de más de 100 hora de sesiones de coaching con clientes o coachees y que tienen que renovar esta certificación cada tres años.
Por otro lado, establece 3 tipos de programas de formación en coaching: Acreditados (ACTP) y aprobados (ACSTH y CEE).
Tras dos años de investigación, recopilando y analizando información, realizando un riguroso análisis de la práctica del coaching, el equipo de Prácticas de Competencias de ICF España, que desde 2014 ha contribuido en la interpretación de las competencias clave, ha decidido pasar de las 11 competencias clave del coaching profesional a un modelo de 8 competencias clave del coaching profesional.
En esta conferencia nos han mostrado, y compartimos a continuación, cómo se han sintetizado las 11 competencias en 8, el para qué de este cambio y la explicación de cada una de estas 8 competencias con sus ventajas y fortalezas.
En el proceso para el cambio del modelo de 11 al modelo de 8 competencias clave, han participado más de 1300 coaches profesionales de todo el mundo, pues está basado en la evidencia recopilada de todos ellos. En el análisis se tuvo en cuenta todo tipo de coaches, no solo coaches certificados por ICF si no coaches de todo tipo de disciplinas, estilos y diferentes niveles de acreditación. Esto dio como resultado una recopilación de información muy diversa.
De toda la información recopilada, surgieron elementos y temas nuevos que han sido integrados en el nuevo modelo:
Para la investigación, nos contaron que, se han basado en el trabajo del coach y su conocimiento, habilidades y capacidades en dos ámbitos: durante la sesión de coaching y aquello que sucede fuera de la sesión.
De esta investigación se obtiene como conclusión, qué conocimientos, qué habilidades y qué capacidades debe tener un coach profesional para ejercer una disciplina certificada como lo es la de ICF.
Se ha llegado al nuevo modelo de 8 competencias clave de coaching para determinar aquellos criterios objetivos que hacen que un proceso de coaching sea eficaz. Esta es una iniciativa de estudio basada en el modelo de competencias clave de ICF desarrollado hace casi 25 años y que sigue siendo muy importante para la práctica del coaching hoy en día.
Haciendo una revisión de la definición de coaching según la ICF y realizando una traducción más exhaustiva y eficiente se llega a la siguiente:
Coaching, según ICF es: “Asociarse con clientes en un proceso creativo y estimulante que los inspire a maximizar su potencial personal y profesional”
De esta definición nos surge una reflexión acerca del aprendizaje: la mejor forma de aprender, es experimentar, jugar, crear, volvernos casi niños...cuando estamos ahí, en muchas ocasiones, perdemos el miedo y el aprendizaje surge sin conflictos ni enemigos.
Se ha creado un modelo que sirve para todos los niveles de certificación y que distingue estos niveles por los comportamientos demostrados en cada una de las competencias y para cada nivel.
El objetivo de las competencias es que sean el guía para que el coach desarrolle sus sesiones, no pretenden ser prescripciones o recetas, no buscan decir exactamente lo que tenemos que hacer, son guías que nos ayudarán a desempeñar cada vez mejor nuestra disciplina.
Además las competencias, deben representar el qué ocurre durante la sesión y fuera de la sesión de coaching, durante todo el proceso de coaching. No representan el cómo ocurre, el cómo hace el coach. Ese cómo ocurre es muy diferente en cada sesión y con cada cliente, por lo que las competencias no lo van a definir.
En el modelo anterior, las competencias estaban estructuradas en 4 bloques. En este nuevo modelo también se estructuran en 4 bloques, con su propia distribución.
Estos nombres han sufrido pequeños pero significativos cambios en su nomenclatura y en la distribución de las competencias.
Si se observan los diferentes bloques, se puede apreciar que el lenguaje de los actuales bloques, al igual que el de las nuevas competencias, es más claro, más inspirador...si tomamos como ejemplo el último bloque, en la que se encuentra la competencia 8 “CULTIVAR APRENDIZAJE Y CRECIMIENTO”: facilitar formaba parte de una responsabilidad, formaba parte de una serie de competencias que son necesarias en un coach, pero se quedaba pequeño en su definición, cuando cultivamos, estamos no solo facilitando sino que estamos cuidando de que ocurra. Este concepto nos hace mucho más responsables, permitiendo que conectemos el ser con el hacer.
Tras hacer un repaso al proceso de transferencia de un modelo a otro, llega el momento de incidir en cada una de las 8 competencias clave del coaching.
Vamos a ver las 8 competencias, una a una, para conocerlas un poco mejor y entender todo lo que, como coach, nos van a aportar. Vamos a ver sus ventajas y fortalezas.
Esta competencia contempla tres puntos delimitados muy relevantes:
Estamos ante una nueva competencia que tiene que ver con el SER del coach.Esta competencia llevaba apareciendo tiempo en los documentos de investigación de ICF y durante la investigación emergió con fuerza:
Es una competencia que se estuvo trabajando durante más de un año, tal y como explicaron Generosa y Stela.
Desarrollar y mantener una mentalidad abierta, curiosa, flexible y centrada en cada cliente, forma parte del SER del coach. Esta competencia nos permite hablar de nosotros como coaches, hace mención a esa vocación de acompañamiento a través de la maestría del coaching. Aquello que forma parte de nuestro ser, condición sine qua non es posible ser un coach mucho más consciente.
Esta competencia se amplía para incorporar 3 niveles de acuerdo que en las anteriores competencias no estaban tan explícitos
Partimos del concepto co-crear, ya no es crear, ahora hay algo más. Co-crear tiene que ver con compartir, con igualdad, con respeto mutuo, con una asociación en general.
En esta competencia se vuelve a incidir con respecto a comprender el contexto del cliente:
Se asocia con el cliente para crear un entorno seguro y de apoyo que permita a éste compartir libremente. Mantiene una relación de respeto mutuo y confianza. Al lograr un proceso puro, de apoyo, permitimos que el cliente pueda compartir libremente, el objetivo es lograr una relación que sume a ambas partes.
Esta competencia se ha mantenido, en gran medida, igual que en el modelo anterior. Se valida la robustez de esta competencia en el HACER del coach, para estar plenamente consciente y presente con el cliente, empleando un estilo abierto, flexible, fundamentado y seguro. Es esta una competencia fundamental y bien estructurada.
A medida que el coach va evolucionando, en su maestría, tiende hacia una práctica basada, mayormente, en la presencia. En el momento en el que estamos presentes, podemos acompañar a nuestro cliente a gestionar sus emociones y podremos gestionar nosotros también las nuestras. Esto también inspira hacia trabajar una relación más fuerte. Es importante que el coach busque fórmulas para permitir que esto ocurra: el silencio, la pausa, la reflexión...
“Escuchar es una actividad central en el coaching efectivo y puede ser uno de los cuatro elementos esenciales del coaching junto con la posibilidad del cliente de cambiar, cambio de observador y construir confianza” Joel DiGiroldano
Muchas de las competencias “core” incorporan elementos de la escucha activa. La competencia escucha activamente, tiene que estar presente en todas los demás bloques y competencias, no solo en esta. Es muy esencial.
Para Joel DiGiroldano, esta competencia, junto con la posibilidad de que se produzca un cambio de observador en el cliente, con la creación de conciencia y la construcción de confianza, son los 4 ejes centrales de la actividad del coaching.
Por tanto, esta competencia no lo es solo por sí misma, si no que forma parte de todas las demás.
El coach usa herramientas técnicas como: preguntas poderosas, metáforas, silencio...para:
En el modelo antiguo, preguntas poderosas, se recogía como competencia, pero realmente son una herramienta, al igual que otras que se utilizan para lograr la meta del proceso.
Tal y como puedes observar, esta competencia se expresa en forma de concepto mucho más maduro y menos en formato de checklist. Las ponentes se reafirmaron en que es una guía para el coach, no una dirección obligatoria.
Esta última competencia del nuevo modelo, es una combinación de tres competencias del modelo anterior. Durante todo el proceso de estudio, los coaches apuntaron que dedicamos mucho más tiempo del proceso a otras competencias del proceso de coaching, por este motivo, se decidió integrar y que estuviera en conjunto representadas todas de manera simultánea, sin dedicarle un espacio concreto a cada apartado.
En ésta, el coach acompaña en el establecimiento de objetivos, diseño de acciones y responsabilidad del cliente, simultáneamente.
Cuando el cliente, realmente, se hace cargo del aprendizaje del proceso y el coach se asocia con él para facilitar ese aprendizaje, todo fluye de una manera mucho más positiva para ambos.
La ponentes nos ofrecieron las conclusiones obtenidas tras el análisis del nuevo modelo de 8 competencias clave de coaching, de la mano de Joel DiGirolamo, Director of Coaching Science del International Coaching Federation Global
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