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DESPERTAR PARA TRASCENDER: ¿QUÉ PASARÍA SI HACIÉNDOLO, ACTIVÁRAMOS UNA SOCIEDAD MÁS SANA, EMPODERADA Y LIBRE?

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DESPERTAR PARA TRASCENDER: ¿QUÉ PASARÍA SI HACIÉNDOLO, ACTIVÁRAMOS UNA SOCIEDAD MÁS SANA, EMPODERADA Y LIBRE?

 

Puede que nunca aparezca. Que nunca haga aquello para lo que existo. Llevo tanto tiempo aquí que me cuesta ya recordar el sentido de mi propia existencia. Otras que lo han hecho dicen que todo sucede rápido y en plenitud pero no paro de preguntarme ¿estaré preparada para el momento? ¿sabré que hacer?  Me asomo, veo el frenesí de un equipo en una sala envuelto en movimientos rápidos impulsados por sus múltiples quehaceres. Todo es agile, emprendimiento, producción, actividad, superabundancia y desbordamiento. Me gusta. El hacer es constante, proyectivo e hiperactivo aunque silencioso e individualista. Una facilitadora dice ¿deberíamos implantar iteraciones más cortas? El grupo asiente en que aún pueden ser más rápidos, más eficientes, y vuelven a sus ocupaciones. Llevan 3 semanas trabajando sin descanso. El sueño y el cansancio ganan terreno. Todos visualizan ya el lanzamiento, el éxito. Su objetivo es hacer, hacer, hacer y así labrar un testigo perenne de su propia historia a través de las cosas que transforman sin cesar.

"En el tiempo que un dedo toca la tecla de un piano entendí que mi momento había llegado."

 

Clic, algo no va bien, algo no encaja en el proyecto, las manos en la cara, la desesperación. Surge la ansiedad y el pánico, el miedo a no llegar, a no agradar, a no progresar, a no ascender, a no ser reconocidos, a no estar a la altura. El equipo se bloquea. Necesitamos un descanso dice alguien. Algo habrá abierto a estas horas dice otro. Salen a cenar. La mesa está llena de portátiles, gráficos, móviles, lápices, agua, cuadernos y al cerrar la puerta de la sala, una ráfaga de aire traslada un pequeño papel de color azul intenso del interior de un cuaderno al suelo. Al rato vuelve el equipo, abatido. Deben doblar la intensidad para resolver el problema, esforzarse aún más para recuperar el tiempo perdido. 3 horas y media después y sin una solución, caen abatidos sobre la mesa por un sueño inevitable. La música metálica de los cascos de uno de ellos se une al pitido lejano e intermitente de la impresora del pasillo haciendo de la empresa un espacio inerte, oscuro y dramático.

 

despierta, captura de vídeo heba despertar

 

Todos duermen salvo uno, que al apoyar su cabeza sobre la mesa ve en un rincón de la sala el papel azul en la moqueta gris. Lo recoge y lo lee para sí mismo: – Te adoro lentitud porque no te tengo. Me gusta la cadencia con la que no te mueves, imperturbable. Al sentir cada segundo no te equivocas. Naciste estable, como una pluma en el aire sin prisa, tan profundo, tan hondo que desapareces para la mayoría que deseamos rozarte apresuradamente. A veces te haces letra, piano o brisa. Te vuelves danza, cuadro o alguien. A veces te conviertes en tenue, en objeto mecido o en susurro. Y a veces y con suerte, llegas sin avisar a convertirme en un planeta que gravita sin prisa. Por fin un paso durará todos los kilómetros que caben en un día. Un dedo que roza la piel valdrá todos los deseos del mundo. Una palabra significará las lenguas de todos los pueblos. Cerrar los párpados equivaldrá a los sueños del hombre. Y sin avisar, de nuevo, me devuelves a la ira del vendaval, a la fricción del calor intenso, a lo súbito, a la improvisación. ¿Y si la lentitud no determinara la profundidad? ¿Y si la prisa no concluyera en deformidad? Me conformo con esperar a que vuelvas, lentitud, para cambiarme un segundo por un siglo. Me voy, no llego.”-

 

"Me fugué de la celda en la que nunca existí. Y en mi viaje fugaz, lento y pulido, liso e impecable, me sequé convencida de haber provocado en ellos la verdad más humana, la que les haría libres, la que les hizo despertar."

En el tiempo que un dedo toca la tecla de un piano entendí que mi momento había llegado. Surgí de la nada con la fuerza de un caballo salvaje, determinada broté de su ojo como una bestia orgánica recordando las palabras de Henri Bergson `temed por el futuro del hombre si a cada producto de su hacer y conquista sobre el medio, no corresponde una conquista interior de dominio sobre sí mismo´. Me mantuve en el filo, me expandí, surgí cristalina y ovalada para deslizarme sobre su pómulo convencida de que este equipo estaba llamado a transcender a sí mismo por vocación y destino, a la posesión del ser.

 

Despertando a una visión más humana del proyecto

– ¡Despertad! ¡Despertad! exclamó emocionado y con la voz entrecortada al terminar de leer. ¿No lo veis? Temo que estemos atrofiando nuestra capacidad de ser en tanto que hacer. En este frenesí de la acción hemos abandonado las razones que nos llevaron a movilizarnos, ¡hemos olvidado la fuerza motriz que nos activaba! Si abandonamos nuestra esencia corremos el riesgo de desasistir la autorreflexión y el desafío a las creencias que nos hacen únicos. Es imposible que apreciemos completamente la acción de lo que estamos haciendo si no buscamos primero su intención, de hecho, nos hemos enfocado tanto en el “qué”, que hemos olvidado el “por qué” y necesitamos ambos para obtener una visión más humana del proyecto.

Me fugué de la celda en la que nunca existí. Y en mi viaje fugaz, lento y pulido, liso e impecable, me sequé convencida de haber provocado en ellos la verdad más humana, la que les haría libres, la que les hizo despertar.

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Se aproxima un futuro ilusionante pero complejo. Un futuro marcado por la transformación que agita nuestra sociedad, cultura, política y economía. Un futuro que se alimenta de constantes cambios. Cambios que introducen máquinas y tecnologías inteligentes en nuestras casas y en nuestras oficinas. Cambios que demandan nuevos modelos organizativos y de los que emergen nuevas formas de movernos, de interactuar, de competir. Cambios que precisan comportamientos más humanos y una preparación emocional para afrontarlos. Si desarrolláramos nuestras “soft skills” como la comunicación, el pensamiento crítico, el liderazgo, la creatividad, las habilidades sociales, la conciencia sobre uno mismo…. Si aceptáramos la incertidumbre como una bisagra de nuestra vida y dirigiéramos nuestro propio cambio, rompiendo las barreras de lo individual para producir un cambio colectivo…. Seríamos irremplazables, trascenderíamos en nuestras organizaciones, en nuestras vidas. ¿Qué pasaría si haciéndolo, activáramos una sociedad más sana, empoderada y libre?

HEBA desarrolla labores de consultoría de Recursos Humanos, Coaching Ejecutivo y Educación Ejecutiva con cobertura en todo el territorio español de forma directa y personalizada para cada caso concreto.

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